Tomar el tren... ¿Quién dice que es una cosa fútil?
Ir en tren es fingir que se va a alguna parte;
Fingir que se ha encontrado por un secreto arte
Dirección y propósito a esta existencia inútil...
Me lleva el tren... Y siento la dulzura cobarde
De marchar sin que hiera mis plantas el camino:
Una potencia amiga carga con mi Destino,
Y cruzo por la vida como hoy sobre esta tarde:
Irresponsablemente...
... El campo despreciable,
nimio, no me interesa... – Se dijera que hay algo
definido que hacer.- Una parada; salgo
pronto... No me detengo sino lo indispensable...
Compañero de viaje: tu timidez ¿No siente
La dulzura cobarde, baja, desconocida,
De soñar que ir en tren es cruzar por la Vida
Irresponsablemente?...
(De Horas Puras)
Ir en tren es fingir que se va a alguna parte;
Fingir que se ha encontrado por un secreto arte
Dirección y propósito a esta existencia inútil...
Me lleva el tren... Y siento la dulzura cobarde
De marchar sin que hiera mis plantas el camino:
Una potencia amiga carga con mi Destino,
Y cruzo por la vida como hoy sobre esta tarde:
Irresponsablemente...
... El campo despreciable,
nimio, no me interesa... – Se dijera que hay algo
definido que hacer.- Una parada; salgo
pronto... No me detengo sino lo indispensable...
Compañero de viaje: tu timidez ¿No siente
La dulzura cobarde, baja, desconocida,
De soñar que ir en tren es cruzar por la Vida
Irresponsablemente?...
(De Horas Puras)
Extraído de Primera Antología Poética Platense, selección, prólogo y noticias de Roberto Saraví Cisneros, Buenos Aires, Ediciones Antonio Zamora, 1956, p.46.
Alberto Mendioroz: nació en Tucumán el 13 de junio de 1895. Joquín V. González, que admiraba su talento, lo lleva a La Plata, en cuya Universidad se recibe de abogado, ocupó un alto cargo en la judicatura de Salta, donde fallecío en enero de 1924.
Obras: Poesía: Horas Puras, La luz buena del amor; Prosa: Almafuerte; Crítica: Rafael de Diego.