Testigo de miradas rotas
De carne embriagada.
De caricias a las ilusiones
De tu sonrisa infinita...
*
Donde creo que está bien
y callo... y callo...
Mientras me consumo en este incendio
Que apago con la sangre de mis ojos.
*
Arrancando pedazos de sol
Cercenando el tiempo.
Y es que fuiste, el único alivio
Para el alma que maltraté.
*
Y callo... y callo, porque ya te siento en mí.
De carne embriagada.
De caricias a las ilusiones
De tu sonrisa infinita...
*
Donde creo que está bien
y callo... y callo...
Mientras me consumo en este incendio
Que apago con la sangre de mis ojos.
*
Arrancando pedazos de sol
Cercenando el tiempo.
Y es que fuiste, el único alivio
Para el alma que maltraté.
*
Y callo... y callo, porque ya te siento en mí.
***
Poema inédito de Juan Facundo LIZONDO, en especial para este blog. Joven poeta (20) de San Miguel de Tucumán.
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