Si deseas cantar, no dudes, canta,
y no te importe el vulgo que sonría,
si es la pena que oprime tu garganta
llora tranquilo con la cara al día.
*
Deja a la muchedumbre que no espanta
con su palabra vana y su porfía,
llora que así la pena ya no es tanta,
ríe que así es más dulce la alegría.
*
No ocultes el sentimiento puro,
si una injusticia te rebela, grita,
que nada nace en el silencio oscuro.
*
Y ponte a la cabeza del destino,
mira tu corazón que palpita
y verás qué distinto es el camino.
y no te importe el vulgo que sonría,
si es la pena que oprime tu garganta
llora tranquilo con la cara al día.
*
Deja a la muchedumbre que no espanta
con su palabra vana y su porfía,
llora que así la pena ya no es tanta,
ríe que así es más dulce la alegría.
*
No ocultes el sentimiento puro,
si una injusticia te rebela, grita,
que nada nace en el silencio oscuro.
*
Y ponte a la cabeza del destino,
mira tu corazón que palpita
y verás qué distinto es el camino.
***
De: Piatelli, Juan Eduardo, Tucumán, poemario.
Extraído de: Bravo Figueroa, Gustavo A., Poesía de Tucumán, siglo XX, Tucumán, Ediciones Atenas, 1965.
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