lunes, 12 de octubre de 2009

El último centauro, de Carlos Alvarado




Se muy bien
donde mueren los centauros
claudicando sobre cascos
nunca herrados

Apoyándose en la lira
bajo el pliegue de su brazo

Allí donde las rosas
son sólo maraña
zarzosa

Su último aliento
se quiebra
petrificado
en el bronce

El sueño de las niñas
sueña al ritmo
del postrer galope
del centauro

Allí donde el último
centauro cede
avanza la insensatez
de las cosas...
***
de "Poemas para una noche quieta" publicados en Espejos del Tiempo, Espejos del Alma, antología de poemas y microrelatos, obra conjunta, Yerba Buena, Tucumán, Lucio Piérola Ediciones, 2009.
-Foto: tomada por Carlos Alvarado, "El Ultimo Centauro", de Emile Antoine Bourdelle, escultura, Recoleta, Buenos Aires.-

miércoles, 7 de octubre de 2009

Cantora de Mi Ciudad, de Enrique Ponce Boscarino

El viento trajo un rumor besando el cañaveral,
la voz se agigantó y poco a poco se difundió.
la luna estaba plena esa noche en el Tucumán
esperaba el momento …y pronto la acompañó

Sonaron las cinco y el transito comenzó,
la voz acarició la selva,
envolvió montes y cerros… hecha canción,
se agigantó haciendo eco en el apero de un caballo,
el naranjo en flor o en aquel gran sauce llorón.

Gracias a la vida, que nos dio…
la posibilidad de amarla tanto.

La voz no era de llanto
tenía fuerza y dimensión
Salieron a saludarla pájaros, grillos
y cielos… sin nubarrón.

La luna te fue llevando,
invitándote a conocer…
ese tiempo de eternidades,
al que hoy perteneces.

Suena a lo lejos el bombo, el bandoneón o un violín…
recordando tu figura de niña
y tu zamba pa' no morir.

Y una vez
Y otra vez…bailaste el poema y cantaste al socavón,
fuiste maestra, minera, obrera de surco, fábrica y… que se yo…
tu voz nos interpretaba, desde el fondo del corazón.

Recorriste nuevamente
la cintura ancestral y cósmica del sur,
envolviéndola con tu son,
invitándola a encontrar por siempre liberación.

….tu poncho era de luna
y te esparciste a voluntad,
por los senderos del Inca,
buscando paz y libertad.

Habían sonado las cinco,
Te elevaste…como un rumor,
para ir al encuentro del sol,
hecha simple canción…

Gracias a la vida…
que nos dio tu fuerza y tu canto,
aunque en este momento solo nos una el llanto…

Cuando pases por Tucumán,
cantale una bagualita,
para aquella niña bonita,
changuita de mi ciudad,
Y mira la luna buena
para escucharla una vez más,
Ella esta presente
por siempre,
por siempre en la eternidad.
A Mercedes Sosa
Todos los derechos reservados. ©Enrique Ponce Boscarino, Bs. As. 2009-10-05

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